Uno de los objetivos del Departamento de Geografía e Historia es fomentar la lectura entre los alumnos/as. En 4º de ESO vamos a trabajar con el libro de Ryszard Kapuscinski titulado "Ébano", publicado en España en 2000 por la editorial Anagrama. Leeremos y trabajaremos sobre él, los días de desdoble.
La elección de este libro obedece a las siguientes razones:
Que nos acerca a un continente que a pesar de su proximidad (geográfica, inmigrantes, actualidad informativa, etc.) nos resulta muy desconocido.
Que a través de la lectura de Ébano abordamos temas importantes de la programación de 4º de ESO como son el imperialismo, la descolonización y los problemas del mundo actual.
Que la aproximación que propone Kapuscinski es interesante ya que mezcla lo histórico (guerras, golpes de estado, conflictos, personajes, etc.) con la intrahistoria, es decir con un acercamiento a las personas anónimas, a sus creencias, costumbres, paisajes, modos de vida, etc. Todo ello os puede ayudar a entender mejor la asignatura y también, que de eso se trata, a que tengáis una visión más reflexiva y crítica del mundo en el que vivimos
El libro lo puedes comprar o descargártelo de scribd o de internet.
Publicado por primera vez en Polonia en 1998, Ébano constituye una impresionante crónica de la experiencia del autor polaco Ryszard Kapucinski (R.K.), fallecido en 2007, como corresponsal en África durante más de treinta años. Durante medio siglo ha sido un modelo de periodista independiente que ha dado cuenta en forma verídica, hasta con el riesgo de su propia vida, de numerosos y trascendentales conflictos de nuestro tiempo en diversos continentes (en este caso de África). No se ha limitado a describir externamente los hechos sino que ha indagado sus causas y analizado las repercusiones, sobre todo entre los más humildes, con los que se siente hondamente comprometido. Sus trabajos son valiosos reportajes, agudas reflexiones sobre la realidad circundante y, al mismo tiempo, ejemplos de ética personal y profesional, en un mundo en que la información libre y no manipulada se hace más necesaria que nunca.
Ébano, , es una crónica que se mueve entre la literatura, el periodismo y la historia. Crónica impresionante no sólo por los hechos que narra, sino quizá sobre todo por la sencillez y veracidad que logra transmitir su relato, bien alejado de algunos periodismos de denuncia, elaborados a base de prejuicios, frases hechas y lugares comunes.
El relato nos conduce desde los momentos iniciales de la independencia de las antiguas colonias europeas llenos de júbilo y esperanza (Ghana, en 1958, ) hasta los conflictos actuales de Ruanda, Somalia o Sudán. A lo largo del libro se suceden y alternan, en ocasiones de forma algo caótica, los acontecimientos histórico-políticos junto con las observaciones etnográficas y las vivencias personales del autor.
El libro es una especie de puzle. Todos los capítulos siguen un orden cronológico, pero no así espacial. El lector se ve en un momento en la lujuriante selva congoleña y, acto seguido es trasladado al desierto del Sahara 3,4 ó 5 años más tarde…Lamentablemente, no hay referencias ni de los países ni del Norte (países árabes) ni de muchos del Sur de África (Sudáfrica, Angola, Mozambique, etc.) Realmente se podría decir que el libro son una serie de artículos periodísticos o resúmenes de ciertos acontecimientos seleccionados por el autor cuyo trasfondo es África, pero eso es lo único que tienen en común.
RK viaja a lugares que no son noticia para los europeos, y por rutas que sólo transitan los indígenas. Se acerca a la realidad de las personas más humildes y describe lo que ve, con una mirada humana, en la que se adivina el deseo de comprender y ayudar. Gracias a esa cercanía amable, al trato directo con el pueblo más de a pié, y sin perder de vista quién es quién entre las autoridades de turno, logra describir con realismo cómo viven, cómo piensan, qué huellas de la historia pueden estar detrás de acontecimientos tan penosos como el genocidio de Ruanda y tantos otros, por qué en ese continente se suceden interminablemente las guerras y las violencias...Su descripción de los golpes de estado, de las despiadadas luchas por el poder y del genocidio de un millón de tútsis son simplemente perfectas. Nadie como él para contarnos a qué huele un pescado secándose al sol, cómo suena un tambor fúnebre, a qué saben unas algas fermentadas.
Kapuscinski no sólo nos habla de las guerras, los políticos y los hechos más importantes de África, es decir; de eso que nosotros llamamos Historia, sino que también nos habla de aquellas personas y de aquellas situaciones menos relevantes, de esa intrahistoria que es la vida silenciosa de millones de hombres sin historia. Para hablarnos de esa intrahistoria él mismo se hace protagonista en ella evitando las embajadas, los palacios y las paradas obligadas. Se sumerge en la vida común del africano: viviendo en casas de los arrabales, padeciendo enfermedades y sufriendo las mil y una penalidades que hacen la vida del africano de a pie. Se convierte en uno más de ellos y eso le permite relatar, tal cuál es; la auténtica vida en África durante la última mitad del siglo XX.
Nos muestra un mundo hostil, pobre y salvaje donde la democracia es una mera palabra sin significado que se ve manchada una y otra vez por la corrupción de los gobernantes, los golpes de estado, las dictaduras y la guerra. El africano nace en la pobreza extrema y ante todo su único objetivo es sobrevivir. Para muchos de ellos su riqueza no es más que un puñado de camellos o cabras, una simple cacerola donde transportar arroz o una herramienta. El triunfo para una mayoría de ellos es la milicia pues supone una forma de conseguir alimentos y bienes fácilmente mediante el pillaje, la masacre y la eliminación de cualquiera que compita por sus mismo objetivos. Para otros la supervivencia supone por obligación la erradicación de una tribu o grupo contrario hasta el último de sus miembros. A partir de ahí el horizonte es el poder. Por eso cuando un gobierno africano comienza a fracasar debe vigilar porque ya sabe de antemano como será su posible final. Así a un gobierno efímero le sigue una dictadura militar. Del mismo modo al nuevo déspota le seguirá otro tirano aún mayor. Creando una gran cadena de gobiernos corruptos, golpes de estado y guerras que parecen sucederse una y otra vez.
Aún así la vida en África no es una única sucesión de tragedias. También hay muchas más cosas que el africano valora y explica de un modo totalmente diferente al occidental. Mientras que el occidental se aferra como un navegante ingenuo a la nave de la razón y la lógica el africano se entrega a ese mar que es la creencia en los espíritus, la superstición y la magia. Un mar cuya actuación no tiene sentido para nosotros, pero sí es explicable para la mentalidad africana. Como también el africano no sabe valorar lo que es suyo, sino lo que es de los suyos, lo que por igual le pertenece a sus familiares y amigos. Por eso cualquier africano poseedor de un bien común sabe que también posee un bien colectivo a todos sus allegados.
Esa forma de vivir, de pensar, su situación y su cultura hacen del africano un hombre único y exótico, tan opaco al cristal de las ciencias humanas de Occidente. Ese modelo de vida que parece haber heredado de ellos Kapuscinski. Realmente con esta mirada se comprende lo que no se ve con la nuestra.
Ya fuera de la propia obra en sí lo que nos hace única la lectura de ésta es el propio estilo del autor. Esa forma de escribir que está entre la literatura y el rigor científico. No sólo es una lectura bella literalmente, sino que también es realista y descriptiva. Eso es lo extraordinario de su estilo el saber aunar esas dos formas de escribir y de expresarse. Por eso Ébano se definiría: como una mirada, un mundo y una lectura diferentes.
Sin embargo cabe el peligro quien lea Ébano se quede con la imagen de África que se ha forjado Europa? Hambre, niños-esqueleto, tierra tan seca que se resquebraja, chabolas llenando las ciudades, matanzas, el sida, muchedumbres de refugiados sin techo, sin ropa, sin medicinas, sin pan ni agua…¿Acaso se olvidó Kapuscinski de contarnos algo más?, ¿dónde está la esperanza que también existe en África?, ¿dónde está la alegría tan presente en África?.